¿Estás pensando en ofrecer tu sitio web en distintos idiomas? Parece fácil, ¿verdad? Duplicas todos los contenidos y los traduces a otra lengua. Sin embargo, este proceso tiene muchas más espinas en el camino de lo que uno espera.
Para la construcción de una web multilingüe —especialmente si pretendes llegar a los clientes que hablan lenguas alejadas de la tuya, como el chino, el ruso o el árabe— conviene contar con la ayuda de profesionales. Por ejemplo, sin una adecuada codificación, hecha por un programador especializado, el visitante de tu sitio verá el texto escrito con letras de su alfabeto pero ordenadas en grupos sin sentido, totalmente ilegibles.
De no menos importancia para el éxito de tu proyecto resulta la figura del traductor. Si tu negocio aspira a la excelencia, no debes descuidar las versiones en otras lenguas de tus páginas. En este post repasamos algunos puntos a considerar en los encargos de traducción de webs.
ASPECTOS A TENER EN CUENTA AL TRADUCIR UNA PÁGINA WEB
TENER EN CUENTA LAS POSIBLES MODIFICACIONES PARA EVITAR METEDURAS DE PATA
Tienes que tener muy claro que antes de traducir el website original a otros idiomas hay que ultimar todas las modificaciones posibles. El cambio de una sola palabra en la versión original puede desencadenar cambios más complejos en las páginas traducidas.
Una vez me encargaron traducir una página web sobre el aceite de oliva al ruso. Terminada y enviada al cliente la traducción, entré en la página para ver cómo había quedado mi trabajo y me quedé boquiabierta: el menú principal del sitio invitaba a los lectores rusos a conocer “la cultura de petróleo” en vez de la “cultura de aceite”. Ocurrió que el cliente quiso modificar el diseño de la página después de enviársela a los traductores y el webmaster, confiando en las nuevas tecnologías, recurrió a la ayuda del traductor automático de google para completar lo que faltaba por traducir. La mala suerte quiso que la misma palabra inglesa “oil” se tradujese al ruso como “aceite” o “petróleo”. Y, claro, el sabelotodo de google calculó que el petróleo tenía más probabilidades de aparecer en un texto ruso que el aceite y arrojó esta primera traducción.
Hay idiomas donde los sustantivos, los pronombres o los adjetivos tienen variaciones morfológicas denominadas declinaciones. Por ejemplo, el alemán, el rumano y las lenguas eslavas las tienen, de modo que en las expresiones “para un hotel”, “por un hotel” y “de un hotel” cambia no sólo la preposición “por, para o de” sino también el artículo o toda la palabra. Así pues, una ligera variación estilística en el original español puede requerir modificaciones múltiples en las traducciones de tu web.
FLEXIBILIDAD DEL DISEÑO WEB vs LITERALIDAD DE LAS TRADUCCIONES
Al escoger el diseño de tu sitio web multilingüe piensa en que tiene que ser flexible y permitir modificaciones entre versiones en distintos idiomas. Deberías revisar el aspecto de las páginas traducidas en colaboración con tu traductor. Los títulos de los apartados y las secciones, los nombres de los productos que caben a la perfección en el recuadro del diseño escrupulosamente escogido en las reuniones con encargados de informática, pueden ocupar dos líneas, solaparse y descuadrar el formato de la página en las versiones traducidas. No siempre es posible trasladar una palabra o una frase del idioma de salida a la lengua de destino con el mismo número de palabras o una longitud similar. A veces hay que buscar un equivalente, alejándose de la traducción literal, que al mismo tiempo satisfaga las exigencias del formato y suene bien en la versión traducida. Esta tarea requiere un trabajo creativo y prueba la maestría del traductor.
DIRECCIÓN DE ESCRITURA DEL IDIOMA DE LA WEB
También tienes que tener en cuenta que las lenguas como el árabe o el hebreo tienen la escritura de derecha a izquierda, que puede afectar al diseño de la página. Lo mismo ocurre con la escritura china, japonesa o la coreana.
ADAPTACIÓN DE LA TRADUCCIÓN DE LA WEB A LA CULTURA DEL PAÍS
Uno de los aspectos más importantes a la hora de traducir tu página web es recordar que promover un producto en un país extranjero a menudo supone adaptar los contenidos del sitio a la cultura de destino. Pueden hacer falta desde los cambios lingüísticos hasta las modificaciones en la descripción y presentación del negocio y de los productos. Así, en la cultura germana o en las culturas eslavas hablar a un cliente de “tú” puede resultar irrespetuoso para el lector. Ciertas palabras o imágenes pueden ser demasiado directas, poco comprensibles o tener doble sentido en otros idiomas.
CUIDADO CON LA TRADUCCIÓN DE ESLÓGANES
Finalmente, no todos los eslóganes originales son igual de claros y pegadizos en traducciones literales a otras lenguas. El famoso lema de Nike “Just do it” chirría cuando lo escuchamos en español: “Solo hazlo”. Pero si además la frase contiene un juego de palabras, como en el eslogan de Central Lechera Asturiana “Nuestra vida es la leche”, éste se perderá en la traducción. De modo que un buen traductor hace al mismo tiempo de copywriter e influye en que tu marca se promocione peor o mejor.
Por todo ello, el traductor es un aliado en tu conquista del mundo así que ¡elígelo bien!
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