Después de un largo día de visitas turísticas, sol y playa o excursiones a la naturaleza, a todos nos gusta encontrar un buen sitio para comer y disfrutar de nuestro rato de descanso paladeando platos hechos a nuestro gusto. Si no siempre es fácil dar con un restaurante adecuado fuera de nuestras rutas habituales, la cosa se complica aún más si estamos en el extranjero. Cuando no entiendes ni papa de la carta escrita en otro idioma, la elección al azar puede terminar en estómago vacío y mal humor que te hagan olvidar lo bien que había empezado el día.
De ahí que nuestra elección a menudo recaiga en el restaurante que ofrece su carta en un idioma que conocemos. “Al menos sabré lo que estoy pidiendo”, pensamos. Sin embargo, a veces el traductor del menú nos embarulla en vez de facilitar la tarea. Ocurre, por ejemplo, cuando no conocemos los ingredientes y la forma de preparar los alimentos. Así, los mariscos no son habituales en la gastronomía rusa y la propia lengua carece de nombres diferenciados para muchos de los crustáceos y moluscos. En la carta de un restaurante gallego traducido al ruso, detrás de las gambas pequeñas (gambas) van otras más grandes (langostinos) y luego reales (gambones), que son aún más grandes. Encima, para más lío de los turistas nórdicos, estas gambas de distintos tamaños pueden ser rojas, blancas o incluso a rayas como los tigres.
Pero cuando se pide traducir carta al Sr. Google o a un amigo/primo/cuñado del restaurador, corremos el riesgo no sólo de no enterarnos de los pormenores de la carta, sino de tener que salir corriendo del restaurante que nos ofrece preparar carne de cerdo en nuestro propio jugo (“roasted pork in your juice”) o con curry hecho de niños (“curry of mini child”).
Abajo te ofrecemos una selección de casos registrados en distintos países que nos han puesto los pelos de punta y nos han hecho reír a carcajadas al mismo tiempo.
- Esta carta se lleva la palma al proponer a sus clientes rusos una sofisticada “koul” violación perpetrada por el salmón y la ternera. En realidad, sólo se trata de un plato de “ternera con espinacas rehogadas” que una cadena de malas traducciones (del vietnamita al inglés y del inglés al ruso) ha convertido en un monstruo culinario: http://forumrostov.ru/topic/43681-na-uzhin-za-bugor-prijatnogo-appetita/page-3
- El siguiente restaurante turco busca turistas rusos muy hambrientos capaces de comerse a Turquía entera; menos mal que viene con verduras para facilitar la digestión. En este caso se confunde la palabra “turkey” (pavo) con el nombre del país “Turkey”. http://i4.otzovik.com/2012/03/06/184765/img/43837131.jpg
3. Los clientes del mismo restaurante que no se hayan quedado satisfechos con tragarse todo un país, pueden proseguir con la aventura de conocer a los ratones acompañados de berenjenas. A ver si se les quita el hambre de susto… Dos errores del traductor del menú –“mice” en vez de “mince” y “meet” en vez de “meat”– y el apetitoso plato de berenjenas rellenas de carne picada revuelve el estómago de los comensales foráneos.
4. Para regocijo de los clientes caníbales, algunos chef ponen no sólo su alma sino también su cuerpo en el altar de la gastronomía (“mariniert mit dem Küchenchef”):
https://www.flickr.com/photos/rasande/15249071173/in/pool-badtranslations/
5. Y si no les atrae el chef, pueden optar por el tomate acompañado de un tipo guapo (“Beautiful with Peppers”) o simpático (“Tomato salat with nice”), según el gusto:
http://wtf.microsiervos.com/images/motherofengrishmenus.html
http://wtf.microsiervos.com/from-lost/ensalada-tomate-bonito.html
- El siguiente menú destaca con un delicatessen excepcional, el o la genio de la botella (“he/she came in bottle”): http://twitpic.com/czcevw
7. La lista de bebidas se amplía con algo que no lleva nada (“without”) a 1,70 euros o con una copa de campeonato (“white cup”), que debe ser un poco más rica que la nada, pues vale 30 céntimos más: https://www.flickr.com/photos/acula/20849983433/in/pool-badtranslations/
8 y 9. De postre, podemos elegir un té con sabor a uno mismo (“your flavour”). Por cierto, la misma carta descubre el ingrediente secreto mejor guardado de la historia: ¡la magia de la coca cola está en la “cola de coca” (“cocaine tail”).
http://wtf.microsiervos.com/from-lost/que-no-hombre-coca-cola-no-lleva-cocaina.html
10. En fin, de tanta tontería se ríen hasta las gambas y los espárragos que, por cierto, también se sirven en algunas cocinas (en la versión rusa del nº 113, el “risotto” se confunde con la “risata” – “risa” en italiano): http://doseng.org/foto/39616-smeshnoe-menyu-4-foto.html
La moraleja de este post es obvia: si no quieres que tus clientes se mueran del susto o de la risa, manda a traducir la carta de tu restaurante a un traductor profesional 🙂
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